Autor: Nicolás Ortiz
Fecha de publicación: 5 de octubre de 2023
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Jenna Jameson, del porno a la cocina

En la década de los 90, el cine en casa se afianzó por completo en el mercado doméstico gracias al ya potenciado formato VHS. Las conocidas popularmente como cintas de vídeo eran relativamente baratas y podían reproducirse en nuestras casas, dando lugar a sesiones de cine más que interesantes, de todos los géneros. Por primera vez, el público tenía disponible un catálogo inmenso de películas, muchas de ellas de estreno, que llegaban a los videoclubs meses después de pasarse en el cine. Los 80 sirvieron para dar comienzo a esta era mágica, pero fueron los pibes de los 90 los que realmente disfrutaron de todo el potencial del cine en casa. Podías comprar tu película favorita y verla todas las veces que quisieras en tu televisión, sin tener que pagar de más. Era una fantasía hecha realidad, y no solo para los amantes del cine de acción, fantasía o infantil.

También había una sección, normalmente restringida, dedicada al cine para adultos en todos los videoclubs. Una zona que solía ser frecuentada por hombres de cierta edad, pero también por adolescentes curiosos que desafiaban las reglas del propio establecimiento. Ellos no podían alquilar estas películas, al ser menores de edad, pero al menos podían disfrutar de esas explícitas portadas. Para muchos, su primer acercamiento al mundo de la pornográfica. Los 90 fueron una década extraña para el porno, ya que venían de la resaca del éxito masivo de los 70 y 80, y estaban a medio camino de la revolución digital que llegó a finales del milenio. En aquellos años, las pornstars se afianzaban en su papel de estrellas absolutas, obteniendo una gran popularidad. Cuando Internet comenzó a expandirse, el nombre de estas chicas se hizo aún más omnipresente, gracias a fotos, vídeos y todo tipo de información compartida en la red. Si tenemos que elegir un nombre entre todos los que formaban parte de la industria en aquel momento, seguramente el más destacado sería el de la gran Jenna Jameson. La actriz, nacida en Nevada, fue stripper y modelo erótica antes de convertirse en la reina del porno, y alcanzó una fama que traspasó los límites de su industria.

Una chica humilde convertida en estrella

Jenna nació en 1974 en un suburbio de Las Vegas, en Nevada. A los dos años, su madre murió de cáncer, y ella tuvo que mudarse con su padre en varias ocasiones. Con dieciséis años decide seguir el ejemplo de su progenitora convirtiéndose en bailarina, e intenta ser contratada en los clubes de Las Vegas. Lo consigue poco después, y empieza a trabajar también como modelo erótica. Sin embargo, una relación tóxica con su novio de la época la lleva a consumir drogas de forma habitual, lo que deteriora mucho su salud. Después de estar a punto de morir, con apenas dieciocho años vuelve a California con su padre para someterse a una cura de desintoxicación. Ya recuperada, en 1993, se lanza a cumplir su sueño de convertirse en estrella del porno. No tarda en llamar la atención de la industria, gracias a su belleza y su talento natural.

La gran pornstar de finales de los 90

Afincada en Los Ángeles, Jenna incluye el apellido Jameson en su nombre artístico, tomándolo del famoso whisky, y se dispone a triunfar en la industria erótica. Hace sesiones de fotos, aparece en películas pornográficas y logra una fama espectacular cuando ficha por Wicked Pictures. Esta pequeña productora lanza su carrera y se hace muy popular gracias también a las escenas de Jenna, que pronto se convertirá en la actriz porno más famosa del mundo. Aparece en un cameo en la película de Hollywood Private Parts y sigue con sus rodajes durante el final de la década de los 90. Esta también una de las primeras figuras del porno digital del nuevo milenio, de la mano de otra de las grandes productoras del sector, Vivid Entertaiment.

Su fama se expandía más allá de la industria, con participaciones en programas comerciales de radio y televisión, así como en videojuegos. En el 2000 crea su propia productora, Club Jenna, con la que pasa a grabar sus escenas más populares. En 2005, dicha productora sería adquirida por Playboy para incluirla dentro de su paquete pornográfico. Mientras tanto, Jenna publicó en 2004 su autobiografía, convirtiéndose al instante en un gigantesco éxito de ventas en Estados Unidos. En ella relataba su camino hacia la fama dentro del porno, pero también episodios muy oscuros como su adicción a las drogas o las violaciones que sufrió siendo adolescente. Vuelve a protagonizar películas de terror de cine comercial, como Zombie Strippers, y apuntala su carrera como empresaria. En 2006, Jenna se convierte en la primera actriz porno en tener una réplica en el famoso Museo Madame Tusseaud, el museo de cera más popular del mundo.

Cambió el porno por la familia y los fogones

Tras convertirse en productora y también dirigir y protagonizar algunas de sus más exitosas películas, Jenna decidió dejar su carrera como pornstar en lo más alto. En 2007, la actriz se retira y decide quedarse solo como administradora de sus diferentes empresas y negocios. Su vinculación con su nueva pareja también tuvo mucho que ver, ya que deseaba tener hijos con él. Así es como Jenna tuvo sus mellizos, que le cambiaron la vida. Alejada ya de los focos, la ex actriz se convirtió en una decidida ama de casa con un gusto particular por la cocina. Tanto, que años después comenzaría a publicar libros de gastronomía y recetas, que obtendrían también un inusitado éxito dentro del  mundillo.

Jenna sigue siendo recordada como una de las pornstars más populares de la historia, pero sin querer renegar del todo de aquel tiempo, sí que ha querido alejarse de la imagen que daba en aquella época. Ahora es una orgullosa madre de familia, está felizmente casada con su vecino y cuida de sus hijos y de su hogar como cualquier otra mujer. Participa ocasionalmente en algunos programas de radio y televisión, y es muy popular en redes sociales, pero está totalmente fuera del mundo pornográfico. Hay quien todavía sueña con la posibilidad de que Jenna vuelva a la industria, o simplemente se abra una cuenta de Onlyfans, pero dada su actitud actual, esto parece casi imposible.

Su nueva vida alejada del sexo

Las noticias que tenemos de Jenna Jameson en los últimos años se limitan a sus cuentas en redes sociales, como Twitter e Instagram. Allí, la ex actriz mantiene el contacto con sus miles de seguidores, hablando sobre su día a día. Hace unos años, Jenna sufrió un ataque de vómitos que la llevó al hospital, donde le diagnosticaron una rara enfermedad que le está afectando a la movilidad. De hecho, se mantiene en silla de ruedas, y está constantemente realizándose nuevas pruebas para determinar qué es lo que le ocurre realmente. En apenas quince años ha pasado de ser una de las actrices porno más activas de la industria a no poder caminar. Un triste destino para una leyenda del mundo del sexo.

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