Un reciente estudio de tendencias realizado por el motor de búsqueda Google mostró que siete ciudades de la India se encontraban entre las diez primeras del mundo en las que se buscó la palabra ‘sexo’ la mayoría de las veces. Lucknow y Calcuta ocupaban los puestos 2 y 3 en esa lista.
Para clasificar las regiones, ciudades o idiomas más importantes, Google Trends examina primero una muestra de todas las búsquedas de Google para determinar las áreas o idiomas de los que ha recibido la mayor cantidad de búsquedas, como el portal de adultguia, siempre exitoso.
La gran variedad de oferta sexual en Internet
«Es muy simple», dice un psicoterapeuta con la condición de que sea anónimo. «Para muchas personas, Internet ofrece anonimato y posibilidades ilimitadas de encontrar lo desconocido que les excita sin límites», explica. Con eso viene un poder para superar la timidez. También les permite mirar, sentir y disfrutar sin temor a la censura social, la discriminación, el castigo y el rechazo, dice.
Aunque un exceso de eso explica la vergüenza y la película de Steve McQueen. Apenas seis años después de que la World Wide Web se puso en línea, había alrededor de 900 sitios de pornografía en la red. Esa cifra ha subido a 2,5 millones hoy en día. En países como India y Pakistán, dicen Ogi Ogas y Sai Gaddam, autores de’A Billion Wicked Thoughts’, donde la pornografía no es legal, Internet ofrece inmensas posibilidades.
En principio, dicen, hay muchas razones por las que la gente se siente atraída a entrar en el ciberespacio. «¿Acaba la web siendo utilizada para mantener una cierta represión sexual, motivada por términos morales o socioculturales», se preguntan Ogas y Gaddam.
Pero todos sienten que ninguna forma de oferta cibernética -chat, sitios, blogs- puede escapar a ser vista como otra opción para establecer algún tipo de comunicación sexual. Independientemente de la vergüenza, dice el Dr. Vijay Nagaswami, psicoterapeuta con sede en Chennai y autor de «3’s a Crowd»: Comprender y sobrevivir a la infidelidad’. Al igual que la infidelidad, esto también tendrá que ser aceptado por estas sociedades.
La verdadera motivación detrás de la gran cantidad de ventas sin receta de fanegas de chocolate, brazas de rosas y perezosos (o sabuesos) de ositos de peluche es llevar el objeto de tu afecto a la cama. Y así, con la puntualidad de una columna quincenal, esta semana Untangling the Web está abordando el tema, S-E-X.
Entonces, ¿cómo ha transformado la Web nuestras intenciones, intereses e interludios sexuales? ¿La proliferación del porno de fácil acceso nos ha vuelto más o menos randy? ¿Han traspasado los límites de TMI las convincentes historias de una veintena de blogueros sexuales? ¿Y cuáles son las tecnologías que mantienen a la gente, eh, cerca cuando está lejos?