Pocos placeres hay más deliciosos que disfrutar de una buena comida, un buen asado, un festín en buena compañía. Tal vez hacerlo con una buena película por delante, siempre que podamos prestar la misma atención a la pantalla que al plato. Para muchos, comer delante de la televisión se convierte en un ritual, aunque solo si lo hacen escuchando los noticieros o viendo series que no necesitan de mucha atención por su parte. Y es que al final, cuando estamos disfrutando de una buena comida, nuestros sentidos no pueden estar atentos a otro estímulo. Es por eso que muchos prefieren comer sin televisión ni nada conectado, simplemente charlando con la persona que tienen al lado. Y aun así, también hay comidas especiales para cuando estamos disfrutando de una película. Desde hamburguesas hasta chips, pasando por los míticos pochoclos que inundan las salas de cine en cada sesión.

La comida y el séptimo arte han tenido una relación cuanto menos curiosa. Son muchas las películas que han tomado como referencia lo gastronómico en su premisa, o en su historia central. Desde Ratatouille a Chocolat, filmes muy reconocidos y populares han unido estas dos materias que son, para muchos, los mejores hobbies que existen. Aun a riesgo de parecer sibaritas, nosotros también disfrutamos mucho tanto del cine como de la comida, siempre que sea de calidad, claro está. Cuando ambos mundos confluyen en una misma película, y está bien hecha, es como entrar en el paraíso. No han sido muchos los casos donde esto se ha dado, porque al final, como ocurre en tantas ocasiones, la mayoría de películas solo buscan el estereotipo, y no ahondan de verdad en la temática que abordan. Esto puede ser divertido si se trata de una comedia, pero también un desastre cuando quieres reflejar la vida de un cocinero de éxito, pero no sabes ni por dónde empezar. Si la unión de cine y gastronomía puede resultar compleja, cuando añadimos una pizca de sexo a la mezcla, todo parece fluir mucho mejor, como si hubiéramos encontrado la receta perfecta. Y aquí están esas escenas para demostrarlo.

Sexo y gastronomía, una combinación ganadora

Que el sexo en el cine siempre ha sido una estrategia para vender y atraer espectadores es algo que resulta obvio a estas alturas. Durante las últimas décadas hemos visto como películas que no tenían que ser eróticas por definición contaban con escenas cada vez más subidas de tono. En otros casos, el sexo menos explícito, pero igualmente erótico, se sumaba a la gastronomía para ofrecer una combinación imbatible. De todas las películas que han incluido este tipo de escenas, nosotros nos quedamos con cuatro que sí que pueden considerarse con connotaciones eróticas. Y es que en estas películas, el sexo era un parte importante de la trama, y así se reflejaba también cuando la comida aparecía en pantalla, con evidente visión alegórica y metafórica.

9 semanas y media

Una de esas películas que marcaron a toda una generación, y que jugaba con el erotismo de una manera relativamente sutil. Al menos, las escenas no eran tan explícitas como en otras producciones de la época, pero tampoco necesitaban serlo. Tener a Kim Bassinger y a Micky Rourke como protagonistas ya era suficientemente morboso. Los dos disfrutan de varias escenas sexuales muy intensas a lo largo del metraje, pero una de las más recordadas es la del festín. En ella, Bassinger comienza a comer todo tipo de aperitivos de forma muy sugerente, hasta que termina recorriendo su cuerpo con la comida, para que Rourke la devore sobre ella. El termino splosh se popularizo después del estreno de esta película, haciendo referencia a las caricias con comida para provocarnos placer sexual.

El Último Tango en París

Una película tremendamente polémica que todavía hoy en día sigue provocando discusiones acaloradas, por lo subido de su tono. El Último Tango en París fue de hecho censurada en muchos países, y se convirtió en un filme de culto, principalmente por las escenas tan explícitas que muestra. Una de las más inolvidables es aquella en la que Marlon Brando penetraba por detrás a Maria Schneider después de untarse un poco de mantequilla. El erotismo de la escena, junto con ese morbo prohibido de parecer cien por cien real, llamo mucho la atención de los espectadores. Con el tiempo se supo que la protagonista, Maria Schneider, no sabía que iba a producirse tal acto, y que fue obligada a grabar la escena por parte de Brando y del director Bertolucci. Esto sería hoy en día impensable, pero la escena ya ha quedado marcado en el imaginario colectivo.

American Pie

A finales de los años 90, el cine de comedia sexual adolescente volvió a vivir una época gloriosa gracias al estreno de diferentes películas, entre ellas, la espectacular American Pie. El estandarte perfecto de aquella época golfa y descarada en la que los chicos podían espiar a una joven a través de Internet y todo se veía como algo gracioso y divertido. Si bien la escena del desnudo de Shannon Eilzabeth es la más recordada de la película, otro momento destacado es la escena en la que Jim decide probar suerte… con una tarta. Después de comentar con sus amigos cómo debe sentirse alguien al hacer el amor, ellos le responden que es muy parecido a introducir el pene en una tarta caliente. Así que ni corto ni perezoso, Jim decide probar con esa “tarta americana” del título, aunque la cosa no llega a salir bien del todo… Es una escena más divertida que erótica, en realidad, pero ha quedado como un icono del cine de cambio de siglo.

Jamón Jamón

Bigas Luna siempre ha sido un director muy abierto a hablar de temas como el sexo y las relaciones intensas. De hecho, en Jamón Jamón, la historia de los protagonistas gira precisamente en torno a la malsana obsesión por el placer. La escena en la que Javier Bardem devora con ansias los pechos de una jovencísima Penélope Cruz, advirtiéndoles que saben a jamón, se ha convertido en un hito en el cine erótico. El director sabe muy bien cómo rodar este tipo de escenas para que quedes elegantes a la par que morbosas, y tener a dos actores de la talla de Cruz y Bardem también ayuda. Curiosamente, ambos tuvieron  un breve romance en aquella época, y volvieron a reencontrarse años después den Hollywood, terminando juntos.